Si hoy fuera la última vez

Hoy. Si hoy fuera la última vez, ¿qué seríamos capaces de hacer? ¿A que no renunciaríamos?

Si, ponte que te levantas de la cama, las 10:20, abres los ojos, 10 de agosto. Una luz alumbra las persianas entre cerradas de tu habitación, la luz atraviesa las finas rendijas, se reflejan en la pared, y pone: "hoy es tu última vez"

Igual si ese día llegara te levantarías de inmediato, sin hacer oídos sordos al despertador o a los estridentes gritos de tu madre. Irías al baño, darías el agua caliente y te darías cuenta de lo afortunado que eres. Saldrías, empapado, mojando todos los rincones de la casa, te acercarías a tu encimera, llena de libros y apuntes, que hoy, en este día, no tendrían ninguna importancia.

Bajaría al desayuno, besaría sin reproches a mi familia, acariciaría con la boca los cereales con leche de siempre, pero hoy, únicos. Exprimiría un par de naranjas, jamas había dejado de beber zumo por la mañana, pero hoy, si fuera ese día, sería el mejor zumo del mundo.

Llamaría a todos aquellos que siempre estuvieron ahí, que demostraron algo más que unas risas detrás de unas cuantas copas de más. Les diría que estoy orgulloso de haberme encontrado en un punto concreto de mi vida con ellos, y que, aunque casi no nos veamos o estemos a km de distancia, siempre han estado conmigo, en este camino tan enrevesado.

Cogería el coche, me iría dirección a la costa, a la máxima velocidad posible, llegaría al primer acantilado que fuera capaz de ver, cogería carrerilla y saltaría, sin dudarlo. Me bañaría durante horas, hasta que se me pusieran los labios morados del frío. Me quitaría la ropa y me tumbaría en la playa, y entre el fin del mar, ese que nunca soy capaz de ver, y mi vida, me pondría a pensarte, a imaginarte.

Imaginaría una cama vacía sin mi, un desayuno sin tus risas, una noche perdidos en mi coche, y esa estrella que siempre brilla mas que las demás vista solo por ti.

Pensaría, todo lo que no voy a ser capaz de decirte, ni todo aquello que nunca podré hacer contigo. Acercaría la fina arena a mis dedos, la agarraría y como todo, acabaría resbalándose entre los recovecos de la mano. Miraré el mar, y pensaré: esta ola, si me va a tragar.

Daría portazo a mis sentimientos, me montaría en el coche de nuevo, y vuelta a la realidad, esa realidad siempre difusa pero constante, como la densa niebla de las frías mañanas de Valladolid.

Pararía en una gasolinera de carretera, compraría un mapa del mundo, marcaría con boli los lugares que siempre quise pisar, y no pisaré. Echaré gasolina, el deposito a la mitad, mucha gasolina para poco tiempo, pensaría.

Las 22:22, me presentaría en tu puerta, ropa nueva, las mismas ganas, nos iríamos a cenar, a beber, a sentir, a viajar aunque no nos moviéramos más de 5 km, pero por eso lo nuestro funciona, porque somos capaces de viajar a todas las partes del mundo aunque no salgamos de tu cama. Tu no sabrías nada, no te contaría que sería mi última vez, y entre beso y beso te diría todos los lugares que tenemos que ir, el nombre que le pondría a nuestro perro, o la apuesta del fin de semana: ¡esta si que sí, tengo que meterle dinero a ese partido!, diría emocionado, aún sabiendo que ese partido no le veré.

Si hoy fuera mi última vez, pediría perdón a todas aquellas personas que si se merecieron una explicación, felicitaría a todas aquellas que se ganaron un puesto en lo más alto de esto que llamamos amistad. Si hoy fuera mi última vez, rezaría, un padre nuestro, un gracias por tanto aunque nunca haya creído en ti, un hasta pronto, un volveré.

Si hoy fuera el día,
viviría,
sentiría,
me reiría,
todo como si fuera la primera vez,
aún sabiendo que sería la última.

Si hoy fuera la última vez,
sobreviviría el tiempo que me quedara.

Si hoy fuera la última vez,
me dormiría a tu lado,
aún sabiendo que no despertaría.

Y antes de dormirme te besaría,
te miraría,
cerraría los ojos y pensaría:

- Aquella playa llora y llora por nosotros.
  Aquella ola si me tragó.
  Aquí, soy feliz.



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