De fondo sonaba Sadness
Eran las 23:08, de fondo sonaba Sadness, y decía que se le rompían las manos sino podíamos ni tocarnos. Me reí, hace tanto tiempo que solo toco las mías.
Me acerqué, vi la gente que saltaba y reía tras esa voz suave y aguda que salía de ese frío micro, sin nosotros.
No podemos ni tocarnos volvió a cantar, me di cuenta que ya ni si quiera esperaba a todos aquellos que no se merecían estar en mi vida.
La chica de mi derecha se deslumbró cuando en medio de la montonera de gente riendo y saltando yo estaba ahí, escribiendo, solapando mi vida tras cuatro frases de este cálido y destrozado corazón.
Se paró la música, el se río, yo me reí, igual sin conocerme me entendías Sadness, igual los dos somos bohemios de todo aquello que es sentimental, ya no tengo ni idea, ya todo es pasajero. Como nosotros.
Cantaste Dias impares, sputnik, honnolulu, o sputnik, dias impares y honnolulu, no tengo ni idea del orden, te escuchaba de fondo y escribía. Tu empezaste a contar una historia sobre Japón, yo me di cuenta la de lugares que visitaré con el pasado a cuestas, encima de mis espaldas. Tampoco me importaba, me di cuenta que la felicidad estaba en todo lo que estaba por llegar, no en todo lo que dejé atrás.
De repente, después de muchas canciones te fuiste, te hiciste de rogar, como tantas personas hacen por orgullo. Y luego queremos enamorarnos, o mantener un amor que creemos pasajero, pero en verdad es eterno, solo nos falta ser valientes, y ser nosotros, aunque ese "nosotros" a veces no guste, pero... ¿quién nos impone qué seamos valientes?
Después de los estridentes gritos de la gente, te animaste a salir, como tantos hacen, volver, sin embargo, cuando la gente te pierde y vuelve, algunos listos no dejamos que se queden, llámalo no sufrir más, yo lo llamo aprender.
El concierto terminó con una despedida, con un adiós y una promesa de vuelta.
Me quedé en silencio.
Me miré.
Solo creí en la despedida. La promesa se la dejo para los que aún crean en ellas.
Salí por la puerta, me monté en el coche con dos personas muy importantes para mi, arranqué, me reí, todo estaba iluminado, próximo destino: Leiva-Madrid.
Me acerqué, vi la gente que saltaba y reía tras esa voz suave y aguda que salía de ese frío micro, sin nosotros.
No podemos ni tocarnos volvió a cantar, me di cuenta que ya ni si quiera esperaba a todos aquellos que no se merecían estar en mi vida.
La chica de mi derecha se deslumbró cuando en medio de la montonera de gente riendo y saltando yo estaba ahí, escribiendo, solapando mi vida tras cuatro frases de este cálido y destrozado corazón.
Se paró la música, el se río, yo me reí, igual sin conocerme me entendías Sadness, igual los dos somos bohemios de todo aquello que es sentimental, ya no tengo ni idea, ya todo es pasajero. Como nosotros.
Cantaste Dias impares, sputnik, honnolulu, o sputnik, dias impares y honnolulu, no tengo ni idea del orden, te escuchaba de fondo y escribía. Tu empezaste a contar una historia sobre Japón, yo me di cuenta la de lugares que visitaré con el pasado a cuestas, encima de mis espaldas. Tampoco me importaba, me di cuenta que la felicidad estaba en todo lo que estaba por llegar, no en todo lo que dejé atrás.
De repente, después de muchas canciones te fuiste, te hiciste de rogar, como tantas personas hacen por orgullo. Y luego queremos enamorarnos, o mantener un amor que creemos pasajero, pero en verdad es eterno, solo nos falta ser valientes, y ser nosotros, aunque ese "nosotros" a veces no guste, pero... ¿quién nos impone qué seamos valientes?
Después de los estridentes gritos de la gente, te animaste a salir, como tantos hacen, volver, sin embargo, cuando la gente te pierde y vuelve, algunos listos no dejamos que se queden, llámalo no sufrir más, yo lo llamo aprender.
El concierto terminó con una despedida, con un adiós y una promesa de vuelta.
Me quedé en silencio.
Me miré.
Solo creí en la despedida. La promesa se la dejo para los que aún crean en ellas.
Salí por la puerta, me monté en el coche con dos personas muy importantes para mi, arranqué, me reí, todo estaba iluminado, próximo destino: Leiva-Madrid.
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