X
He intentando empezar a escribirte entre el límite de tu cadera y el soplo al cristal de tus finos labios susurrando un quedaté.
Y me acerco al instante ese en el que un segundo y un lugar pueden trastocar todos y cada uno de los planes que teníamos para nuestro futuro. Y ahora, sin remedio alguno, no tenemos ni idea de como encauzar un camino, que a priori, nos hacía felices.
Totalmente felices, hasta que te vi sonreír y besarme a la vez. Yo me reía, y a ti te faltaba dar al 6 para ganarme, pero sí, te hacías la loca, te colocabas el pelo detrás de la oreja, y entre soplo y soplo de tu corazón a mil por hora, eras capaz de mirarme entre dardo y dardo de aquella partida -que después de mil- por fin me ganaste.
Lanzaste fuerte y preciso al 6, como si ya hubieras venido con ello practicado. Me susurraste que en tu viaje sin destino no habías vuelto a jugar a los dardos, te miré, sonreí, -ya vienes preparada de casa, te dije.
Nos miramos, nos agarramos sin darnos cuenta, y en un segundo de extasis hasta nuestros labios se rozaron, como si se echaran de menos, como si nunca se hubieran separado. Empezó a sonar Breaking Bad en nuestras cabezas a la vez, menuda conexión, pensé..
Me fui al baño, descendió una lagrima lentamente por mi piel, me sequé, -¿qué puedo perder más de lo qué ya había perdido?, me pregunté.
Me armé de valor, baje las escaleras dirección a ti, tu pelo se movía, te diste la vuelta,
-¿qué destrozados estamos?, pensaba para mi.
+Sí. Me respondiste mentalmente.
Lentamente, con Fredi Leis y su canción "Fugitiva" de fondo, salimos de ese bar, que ya hoy, forma parte de los retales de esta historia de amor.
Salimos juntos del bar, con la sensación de siempre y las mismas ganas de despejar las "x" irracionales, que desde hace un tiempo, nos limitaban a ser felices.
Unas "x" que forman indecisión, que dan de resultado miedo, incertidumbre, desasosiego, tristeza,
unas "x",
que con suerte,
y con alguna fórmula matemática,
(y con ganas)
seremos capaces de despejar,
de dejarlas a un lado
aunque nunca encontremos la respuesta,
aunque nunca nos atrevamos a saberla,
pero que tras restos de una pena
y una "x" llena de lágrimas,
están los restos de ti,
de mi,
de nosotros.
Y me acerco al instante ese en el que un segundo y un lugar pueden trastocar todos y cada uno de los planes que teníamos para nuestro futuro. Y ahora, sin remedio alguno, no tenemos ni idea de como encauzar un camino, que a priori, nos hacía felices.
Totalmente felices, hasta que te vi sonreír y besarme a la vez. Yo me reía, y a ti te faltaba dar al 6 para ganarme, pero sí, te hacías la loca, te colocabas el pelo detrás de la oreja, y entre soplo y soplo de tu corazón a mil por hora, eras capaz de mirarme entre dardo y dardo de aquella partida -que después de mil- por fin me ganaste.
Lanzaste fuerte y preciso al 6, como si ya hubieras venido con ello practicado. Me susurraste que en tu viaje sin destino no habías vuelto a jugar a los dardos, te miré, sonreí, -ya vienes preparada de casa, te dije.
Nos miramos, nos agarramos sin darnos cuenta, y en un segundo de extasis hasta nuestros labios se rozaron, como si se echaran de menos, como si nunca se hubieran separado. Empezó a sonar Breaking Bad en nuestras cabezas a la vez, menuda conexión, pensé..
Me fui al baño, descendió una lagrima lentamente por mi piel, me sequé, -¿qué puedo perder más de lo qué ya había perdido?, me pregunté.
Me armé de valor, baje las escaleras dirección a ti, tu pelo se movía, te diste la vuelta,
-¿qué destrozados estamos?, pensaba para mi.
+Sí. Me respondiste mentalmente.
Lentamente, con Fredi Leis y su canción "Fugitiva" de fondo, salimos de ese bar, que ya hoy, forma parte de los retales de esta historia de amor.
Salimos juntos del bar, con la sensación de siempre y las mismas ganas de despejar las "x" irracionales, que desde hace un tiempo, nos limitaban a ser felices.
Unas "x" que forman indecisión, que dan de resultado miedo, incertidumbre, desasosiego, tristeza,
unas "x",
que con suerte,
y con alguna fórmula matemática,
(y con ganas)
seremos capaces de despejar,
de dejarlas a un lado
aunque nunca encontremos la respuesta,
aunque nunca nos atrevamos a saberla,
pero que tras restos de una pena
y una "x" llena de lágrimas,
están los restos de ti,
de mi,
de nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario