Espérame de vuelta, amor

Que incomodo es esto, encima el whisky vale 12 euros, una botella pequeña, mas el limón claro, solo faltaba.
Llevo 12 minutti mirando a la azafata, son las 21:57, y la primera vez que recuerdo su sonrisa mirándome eran menos quarto.

Tengo un euro con 5 céntimos encima de la mesita del asiento del avión, no creo que me de ni para una botella de agua, que caro es ahogar las penas en esta vida.

El avión ha partido de Ciampino hace un rato, saqué un par de fotos desde 2000 pies a la vieja y derruida Roma, la cual, a pesar de todo, brillaba tanto como las motas de luz que surcan el cielo cada noche.

Bueno, no lo he escrito, pero encima de la mesita tengo tres postales, dos de las cuales ya están escritas, una nos muestra la bella y grandilocuente Piazza Spagna, la otra es una panorámica de Roma, con Il Vittoriano de fondo a la izquierda, ambas formadas por frases y palabras destinadas a dos personas eternas para mi, compañeros de vida, podrían llamarse. La otra...

La otra tiene la imagen del Campo de' Fiori, con sus frutas y especias dando color a la fotografía a los lados, justo nada más ver la postal, tiene flores, de todos tipos, todas destinadas para ti, todas marchitas por mi. Al fondo, al fondo todo se disipa, se disipa tras las calles que forman el mercado, ese que siempre soñé pisar, y pisé.

No esta escrita, esta vacía, no lo entiendo, a pesar de todo, a pesar de mi, hay una postal que no seré capaz de escribir, ni si quiera de enviar, la que representa el lugar de mi vida, aquel mercado, aquella plaza.

Roma, no llores por mi, ya lo hago yo por ti.

Espérame de vuelta,

mientras tanto yo te escribo,
yo te recuerdo,
yo te añoro.

Mientras tanto,
intentaré escribirte, amor.

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