"Ni aquí, ni allí"

Me hace gracia, somos capaces de quedarnos con una sonrisa; en un instante, en un lugar, en una décima de segundo, sin darnos cuenta del donde, ya que solo nos damos cuenta del quien. Y cuando esa sonrisa pasa, como la suave brisa de verano, no sabemos donde estamos, "si aquí, o allí"
Hoy en día estamos completamente desestructurados, ya no bailamos a nuestro propio compás, siempre seguimos un guión, una serie de reglas, que nos vienen impuestas, o que directamente nosotros mismos nos las imponemos.
Hoy en día nos animan a arriesgarnos, como si fuera fácil soñar despierto, o tirar los dados esperando que salga un doble seis. Anhelamos tanto lo que no somos capaces de controlar que creemos morir en el intento, cuando lo único que conseguimos es vivir en una inmadurez constante.

Yo tambien soy de esos que cuando se tumba en la cama se pone a pensar en lo que esta por venir, en si lo que nos espera es más dificil de como nos lo pintan, o más fácil. Después de darle muchas vueltas a todo, me he dado cuenta de que no es necesidad, o ansiedad por lo que esta a punto de llegar, es miedo. Miedo de que todo lo conocido se vaya esfumando como el vaho del cristal, o como los tequieros sinceros, o los -de veras que te voy a llamar-. Vivimos con miedo, miedo de no volver a enamorarnos, miedo de que nos vuelvan a hacer daño, miedo de no ser aceptados, miedo, miedo, miedo... Y todo este tiempo que perdemos por miedo, es tiempo que no vuelve, que ya se ha ido, que has dejado atrás, que aunque quieras ya no vas a recuperar nunca más. Y en este miedo, dejamos pasar oportunidades, dejamos pasar trenes uno detrás de otro, y llega un punto de tu vida, que te paras, te paras a pensar, si de verdad ha merecido la pena renunciar a todo por tus ideales, o por tu forma de entender la vida, o por no querer arriesgarte.

La vida al final se resume en una busqueda constante de la felicidad, en un: quiero y no puedo, en un: te voy a besar pero no me hagas daño.
Os voy a dar un consejo que he aprendido después de tanto, la única manera de ser feliz es queriendote a ti mismo. No hay varitas mágicas, ni pastillas para la felicidad. En esta vida no se puede depender de nadie, ni de ti mismo, por que hasta tu sombra te abandona cuando es de noche.

Por eso, hemos llegado a un punto, en el que no estamos "Ni aquí, ni allí" y eso nos mata por dentro, nos descompone, el saber lo que queremos y no ser capaces de conseguirlo, por miedo.

Tenemos que aprender que ya no quedan botes salvavidas de esos que nos tiraban para no ahogarnos en pleno oleaje del mar, ni chalecos para parar las balas a quemarropa, ya no nos queda nada, de veras, la felicidad no esta ni aquí ni allí, esta donde tu quieras que este, y tiene que dar igual lo que opine la gente, porque tu felicidad es tuya, de nadie más.

Por eso, cuando queramos enamorarnos otra vez, cuando queramos recuperar una amistad, cuando queramos algo en esta desconsolada vida que hoy en día estamos viviendo, acercate y dile:

Deja que te lleve,
no tengo ni idea,
si aquí o allí,
pero vente conmigo.

Comentarios

Entradas populares