Te estas desangrando

Esta vida se desangra, gota a gota. Pocas enfermedades duelen más que la propia vida. Que acaba todo por convertirse en un continuo proceso vírico, donde el antibiótico no es más que los buenos momentos. Y vamos sumando tiempo a nuestro cuerpo, años y años, momentos y momentos, viajes y cafés a la tenue luz de la chimenea, y sumamos y sumamos, como si en algún momento fuera a convertirse en una resta, en un todavía me queda tiempo para experimentar, para vivir estas experiencias o para reencontrarme conmigo mismo en algún momento del camino. Pero nada dura eternamente, y lo que no hagas hoy, igual ya no lo vas a hacer nunca. Asúmelo, tú, como yo, te estas haciendo mayor, te estas desangrando, cada vez más.

Y en ese proceso vírico del que hablábamos antes, tiene sus efectos, empezaríamos por el efecto de enamorarnos en algún punto de nuestra vida, por el efecto de perdonar más de lo que se merecían o de engañarnos a nosotros mismos pensando que el camino que hemos tomado en nuestra vida es el correcto, o el más corto hacia la ansiada felicidad que todos buscamos... Pero yo soy de los que piensa que cuanto más difícil es el camino, mayor es la recompensa que espera al final. Por que nada, absolutamente nada viene regalado. Y menos cuando se trata de sentimientos. Asúmelo, te estas desangrando, a chorretones.

Hay gotas que caen,
         con ganas,
                 sin miedo,
                         al suelo.

Y hay otras que caen,
por mirar
      y no encontrar,
por caminar
      y no avanzar,
por intentar
      y no ganar.

Aunque al fin y al cabo, la vida acaba siendo una bomba de oxigeno contra ese proceso vírico, es una contradicción, sí, porque la vida es enfermedad y cura a la vez. La vida suma y multiplica, alegrías, penas, momentos y tristezas, pero jamas resta, jamas te arranca, ni lo bueno ni lo malo y eso te hace más sabio, más maduro, más auto suficiente, menos soñador y más realista.

Por eso, tú, como yo, te estas desangrando.
Y por desgracia, no tenemos cura.

Comentarios

Entradas populares