Pero sobre todo, para siempre.

A veces me pregunto si las decisiones que tomamos en el pasado condicionan tan gravemente el futuro, si el ayer es el hoy disfrazado de incertidumbre.
Todos nos hemos planteado alguna vez la duda de... -si hubiera dicho esto-, -si la hubiera besado-, -si hubiera actuado así-... Todos nos hemos suplicado a nosotros mismos volver a un punto del pasado, volver a una decisión, a un segundo concreto, esperando actuar de otra manera, buscando un pasado que realmente haga feliz tu presente, pero por desgracia, lo hecho, hecho esta, y nadie puede arreglar eso.

La toma de decisiones es el punto fundamental de cada uno. Y en esta toma de decisiones es donde nos entra el pánico, nos entra eso que llaman indecisión, miedo, desconsuelo por no saber si vas a acertar o vas a fracasar.

Todos, absolutamente todos tenemos ganas de que todo llegue a buen puerto, que todo fluya como cuando alzas velas al mar y te pones a navegar, todos absolutamente todos, queremos ser felices, o al menos intentarlo, pero las decisiones del ayer, es lo que nos hace ser quién somos hoy, y eso amigos, es la vida, nuestra vida.

Por eso,

Tomar decisiones,
es entender,
que o nos morimos,
o resurgimos,
nos arriesgamos,
o nos quedamos atras,
pero todo,
absolutamente todo,
nos va a marcar,
para bien,
o para mal,
         pero sobre todo,
                  para siempre.