Querido ".......",

Querido ".......",

Hoy he decidido ponerme a escribirte, a decirte cuatro cosas muy serias, a decirte las ganas que tengo de estrujarte, decirte que te portes un poco mejor, que tampoco soy tan villano como para que siempre dejes pruebas del crimen por cada sitio que paso... Y claro, despues que si me pillan, que si me vienen mal dadas, que si me pierdo y no me encuentro, y todo por tu culpa.

Que ya te vale, ¿como te digo que estoy harto de tí? Que no hay quién te aguante, todo el día dando clases de moralidad, dando clases de madurez, de disciplina, de superación, de... de... Y no paras de enseñarnos, que eres extremadamente agobiante... ¿No descansas nunca?

Cuando termine esta carta voy a firmar con mi nombre, nada de anónimo, ni de apodos extraños, que veas que ya no te tengo miedo, que me importa un bledo si me apuntas en la lista negra, si me la juegas como tantas otras veces has hecho, me da igual, he aprendido a estar por encima de ti, a superar las ganas que tienes de que todo sea un aprendizaje, a superar tus intentos de derrota, porque me he dado cuenta, que cuando nos vienen mal dadas, siempre te echamos la culpa a ti, siempre decimos:
-Ha sido por culpa del "destino"
Y cuando decimos eso, nos equivocamos, nos engañamos, nos automentimos.

Porque cuando nos vienen bien dadas, nos atribuimos el mérito, pero cuando vienen malas es culpa del destino, que nos tenía preparado esta catástrofe, este paréntesis en nuestra vida.
Y nos equivocamos, todo lo malo y lo bueno, depende de nosotros, no existe la suerte, ni el destino. Solo existe eso que nos da miedo pronunciar, existe lo que se llama justicia, aunque a algunos les venga mas tarde que a otros, pero siempre llega, os lo aseguro.

Por eso ya no tengo miedo de escribirte, ni de pronunciar tu nombre, porque se, que solo eres una mera palabra para autoconvencernos de que cuando las cosas van mal es porque tienen que ser así, y no, cuando las cosas nos vienen malas es porque algo muy bueno esta a punto de llegar, ahí, a la vuelta de la esquina, solo tienes que girarla, atreverte.

Por eso, querido "destino", deja de hacer de psicologo, que ya no se lo cree nadie.

                                                                                                       Atentamente,
                                                                                                                    Andrés.

Comentarios

Entradas populares